Estrategia 4: Proporcione supervisión reflexiva

Las relaciones de apoyo con los supervisores son beneficiosas para el personal. Las investigaciones han demostrado que cuando se propician estas relaciones, aumenta la satisfacción laboral, disminuyen los sentimientos de aislamiento en el lugar de trabajo y se reducen los niveles de estrés. La supervisión reflexiva es un tipo específico de supervisión que puede conducir a este tipo de relaciones. Mediante el uso de la supervisión reflexiva, usted puede informarse y combatir las barreras para acceder al bienestar, a medida que va aprovechando las fortalezas existentes. La supervisión reflexiva implica varias actividades importantes, entre ellas:

  • Reunirse con las personas supervisadas de un modo regular y planificado.
  • Asegurarse de que durante el tiempo dedicado a la supervisión no haya interrupciones, como llamadas telefónicas, correos electrónicos, visitantes u otras distracciones.
  • Usar la escucha activa prestando total atención a las palabras y el lenguaje corporal del hablante y, aprovechar las propias palabras y lenguaje corporal suyo para mostrar su interés y hacer que el hablante se sienta escuchado y comprendido.
  • Alentar al personal a hacer una pausa antes de completar la tarea de trabajo inmediata para reflexionar sobre las creencias, ideas y sentimientos suyos y de los demás relacionados con una situación desafiante.
  • Crear un ambiente seguro desde un punto de vista emocional en el que el supervisor muestre respeto por las creencias, valores y experiencias de cada persona supervisada y responda sin juicios ni sesgos.
Puntos clave
  • Los profesionales de servicios familiares y los visitadores del hogar son el núcleo de la participación familiar.
  • Cuando usted se siente bien emocional y físicamente, es más capaz de involucrar a las familias en relaciones positivas y orientadas a las metas.
  • Usted no está solo. Cuando el personal y los líderes del programa practican el autocuidado y crean apoyos para el bienestar a nivel de programa, todos están contribuyendo y recibiendo los beneficios de tener un lugar de trabajo saludable.

Para comenzar a poner en práctica estas estrategias, reflexione sobre las siguientes preguntas:

  • ¿Por dónde empiezo?
  • ¿A qué puedo comprometerme ahora mismo?
  • ¿Qué resultados le ha dado esta decisión?