En una cultura orientada al trauma, los líderes trabajan para fortalecer la atención orientada al trauma y las prácticas tanto para el programa como para el personal. Los supervisores y coaches pueden ayudar al personal a aprovechar las fortalezas de las familias y las suyas propias. Pueden ayudar al personal a prepararse para sus reacciones emocionales hacia las familias que han sufrido traumas. Los líderes y supervisores pueden trabajar con el personal para reflexionar sobre sus prácticas. Pueden alentar al personal a pedir ayuda, enfocarse en lo que pueden hacer y apartar lo que no pueden hacer.
Los líderes pueden ayudar al personal a valorar su propia pasión y el poder de recuperación de sus relaciones, tanto para las familias con las que trabajan como para sí mismos.
Los líderes y el personal pueden utilizar tres estrategias clave para fortalecer sus prácticas orientadas al trauma: actitudes y prácticas basadas en las fortalezas, práctica reflexiva y supervisión reflexiva.
Actitudes basadas en fortalezas y prácticas basadas en relaciones para la atención orientada al trauma
Contar con actitudes basadas en fortalezas y prácticas basadas en relaciones puede apoyar la atención orientada al trauma Consulte la serie Construyendo asociaciones con familias en Recursos relacionados para obtener información sobre estas estrategias y cómo usarlas.
Estas actitudes y prácticas ofrecen estrategias para ayudarle a desarrollar relaciones positivas con las familias cuando han sufrido eventos traumáticos y adversidad. Estas estrategias pueden ayudarle a tomar conciencia sobre las suposiciones y críticas de los comportamientos y las interacciones preocupantes que pueden impedirle reconocer el trauma subyacente. Estas actitudes y prácticas pueden ayudar a fortalecer las relaciones frágiles con las familias que han sufrido traumas anteriormente o que están sufriendo un trauma actualmente.
Puede utilizar estas estrategias para establecer relaciones positivas que ofrezcan un espacio emocional seguro para que las familias compartan sus inquietudes con usted. Las actitudes y prácticas pueden ayudarle a entender las perspectivas de las familias y apoyarlas en su proceso de recuperación. A medida que adquiera experiencia en la aplicación de actitudes basadas en las fortalezas y de prácticas basadas en las relaciones formadas, encontrará sus propias palabras para una respuesta curativa. Utilice la reflexión para ayudarle a aplicar las actitudes y prácticas para la atención orientada al trauma.
Práctica reflexiva para la atención orientada al trauma
La práctica reflexiva significa considerar lo que nosotros y otros aportamos a una interacción antes de actuar. Cuando pensamos antes de actuar, podemos reflexionar sobre pensamientos y sentimientos, tanto los nuestros como los de las personas con las que estamos interactuando. Podemos considerar cómo estos pueden influir en lo que decidimos hacer o decir. La práctica reflexiva puede ser una práctica diaria.
La práctica reflexiva orientada al trauma puede ayudar al personal a responder a los signos y síntomas del trauma. Puede ayudar al personal a integrar e implementar lo que aprendan en las capacitaciones de la atención orientada al trauma. La práctica reflexiva orientada al trauma también se puede utilizar para ayudar al personal y a las familias a resistir activamente la retraumatización.
El personal y los supervisores rara vez reciben capacitación como profesionales de la salud mental. No se espera que desempeñen ese papel con las familias o entre ellos mismos. El personal puede usar la práctica reflexiva para notar los pensamientos y sentimientos que tienen cuando trabajan con familias que han sufrido traumas. Estos pensamientos y sentimientos pueden llegar a ser desconcertantes, angustiantes y abrumadores. Es posible que le preocupe que estos pensamientos y sentimientos dificulten su funcionamiento en el trabajo o en casa. Puede ser útil compartirlos con el consultor de salud mental de su programa, un profesional de salud mental o un consejero religioso.
Podemos usar la práctica reflexiva para tener en cuenta el trauma como una posible explicación de ciertos pensamientos, sentimientos y comportamientos. Podemos usarla cuando tratamos de entender comportamientos en otros miembros del personal, padres, familiares o hijos que nos resultan angustiantes o a los que no sabemos cómo responder. Estas son algunas preguntas que podríamos hacernos en la práctica reflexiva:
- ¿Por qué este comportamiento me molesta tanto?
- ¿Qué podría estar tratando de decir realmente esta persona?
- ¿Por qué me encuentro pensando tanto en esta interacción?
- ¿Hay algo en esta interacción que me recuerde otras en mi vida?
- ¿Qué pudo haber ocurrido en el pasado de esta persona que podría estar impulsando este comportamiento?
- ¿Cuáles han sido las experiencias pasadas de esta persona con los "ayudantes"?
Podemos usar la práctica reflexiva para ayudarnos a ver más allá del comportamiento y reconocer el trauma subyacente. Reconocer comportamientos impulsados por un trauma puede ayudar a evitar que respondamos de maneras que vuelvan a traumatizar a quienes presentan estos comportamientos. Podemos usar la práctica reflexiva para ayudar a relacionarnos con la persona completa, las fortalezas de esa persona y su individualidad única.
Podemos usar la práctica reflexiva para resistir la retraumatización. Esto significa protegernos para no ser traumatizados. También significa asegurar que no traumatizamos o volvamos a traumatizar al personal y a las familias con las que trabajamos. Por ejemplo, la práctica reflexiva puede ayudarnos a pensar antes de:
- Rechazar a una persona cuya desconfianza o comportamiento distante hace que la juzguemos como alejada o indiferente.
- Abordar un tema con contenido violento que pueda funcionar como desencadenante.
- Expresar afecto y preocupación que, para alguien que ha sufrido un trauma, pueda sentirse incómodamente íntimo o demasiado invasivo.
- Mostrar enfado o frustración, que puede ser percibido como un signo de advertencia de violencia inminente para alguien que ha sufrido un trauma.
Supervisión reflexiva para la atención orientada al trauma
La supervisión reflexiva es una conversación continua entre un miembro del personal y un supervisor capacitado en la supervisión reflexiva. Estas conversaciones se dedican a promover la reflexión sobre los pensamientos y sentimientos que surgen en nuestro trabajo con las familias. La supervisión reflexiva es clave para apoyar al personal que trabaja con familias que han sufrido traumas. Se puede utilizar para abordar el trauma vicario del personal y para apoyar al personal que ha sufrido trauma.
La supervisión reflexiva no es terapia. Pero es común que nuestro trabajo con las familias nos traiga recuerdos de nuestras propias experiencias traumáticas. Si estos recuerdos rondan nuestros pensamientos la mayor parte del día por más de unos días, puede ser útil hablar de estos en privado con un profesional de salud mental. Esto puede ayudar a resistirnos a ser retraumatizados.
Los supervisores capacitados en supervisión reflexiva aprenden habilidades específicas que crean una cultura de seguridad. Aprenden, por ejemplo, a:
- Convertir los errores en oportunidades de aprendizaje.
- Proteger la confidencialidad.
- Ayudar al personal a convertir sus vulnerabilidades en fuentes de fortaleza.
Durante la supervisión reflexiva podemos aportar nuestras ideas y preguntas sobre los comportamientos de las familias con las que trabajamos que pueden ser impulsados por experiencias traumáticas pasadas. También podemos analizar nuestras suposiciones y reacciones con nuestro supervisor. Después podemos determinar la mejor manera de no juzgar y responder de maneras que creen seguridad y generen confianza.
Los supervisores pueden ayudarnos a encontrar maneras de responder que no solo se enfoquen en los comportamientos preocupantes, sino que también honren las fortalezas y las intenciones positivas de las familias. Esto puede ayudarnos a ayudar a la persona con la que estamos trabajando a sentirse segura, superar el impulso de retirarse y estar plenamente presente con nosotros.
La práctica reflexiva puede ayudarnos a identificar cuándo estamos experimentando traumas vicarios o desencadenantes de traumas. Con la práctica reflexiva, podríamos darnos cuenta de las interacciones con los niños, las familias o el personal que nos han traumatizado o que podrían haber desencadenado el trauma.
Es posible que deseemos analizar estas reflexiones con un supervisor capacitado en la supervisión reflexiva. O podemos optar por buscar un profesional de salud mental con quien compartir estas reacciones. Recuerde que la atención orientada al trauma incluye "resistir la retraumatización", y eso también significa protegernos de los desencadenantes de traumas que pueden volver a traumatizarnos.
Cómo apoyar al personal en un programa orientado al trauma
Estos son algunos ejemplos de otras maneras en que los líderes y supervisores pueden apoyar al personal en un programa orientado al trauma:
- Promueva formas flexibles de comunicación.
- Ofrezca consultas y sesiones de apoyo para compartir información.
- Planifique con regularidad capacitaciones sobre el autocuidado y la atención plena.
- Utilice la experiencia del consultor de salud mental para impulsar la atención orientada al trauma en todo el programa
- Proporcione oportunidades para que el personal se reúna.
Promueva formas flexibles de comunicación
Usted puede notar que el personal o los miembros de una familia están teniendo dificultades para expresarse calmada o directamente. Considere la posibilidad de ofrecer una pausa y hablar de nuevo al día siguiente.
Después de un intenso evento en el trabajo, proporcione a los miembros del personal tiempo para calmarse y regresar tranquilamente al trabajo. Esto podría ser un descanso de 15 minutos, una reunión de supervisión, tiempo para reunirse con el consultor de salud mental, o motivarlos a usar la práctica reflexiva.
Recuerde que nuestras formas de manejar la angustia también son moldeadas por nuestras culturas.
Ofrezca consultas y sesiones de apoyo para compartir información
Los supervisores y líderes pueden ofrecer consultas y sesiones de apoyo para compartir información. Ellos pueden saber de antemano que se va a producir una conversación particularmente difícil o un evento desafiante. Por ejemplo, el personal podría tener que decirle a un padre que su hijo ha dicho que alguien en casa lo ha estado maltratando. O una familia debe mudarse a un refugio. Otras interacciones y eventos desafiantes pueden ser repentinos e inesperados.
En cualquier caso, el personal, los supervisores y los líderes pueden hablar con el personal antes y después de las conversaciones desafiantes esperadas e inesperadas. Los supervisores y líderes pueden ofrecer consultas de seguimiento y sesiones de apoyo para compartir información. Estas conversaciones son importantes. Las circunstancias o eventos desafiantes pueden llevar a reacciones emocionales que cambian con el tiempo. Consultar con regularidad sobre estas reacciones y sentimientos es una manera de honrar al personal y su propia humanidad, ya que enfrentan circunstancias difíciles en el trabajo. Las consultas pueden ayudar al personal a identificar lo que pueden y no pueden cambiar.
Planifique capacitaciones periódicas sobre el autocuidado y la atención plena
Los programas pueden alentar al personal a practicar las habilidades para enfrentar las situaciones difíciles y autorregularse en momentos de calma. De esa manera pueden usar estas habilidades en momentos más difíciles o desafiantes. Cuando los programas establecen horarios regulares para la práctica reflexiva, el autocuidado o la atención plena, le comunican a todo el personal lo importante que son estas habilidades. Esta medida también muestra al personal lo importante que es el bienestar del personal cuando proporciona la atención orientada al trauma.
Utilice la experiencia del consultor de salud mental
Las consultas de salud mental son parte de cada programa Head Start y Early Head Start. Los consultores de salud mental involucran al personal en la práctica reflexiva con regularidad. Pueden proporcionar aliento al personal que busca la ayuda de un profesional de salud mental.
Los consultores de salud mental también pueden asociarse con líderes del programa para ayudar a identificar y comprender los desafíos relacionados con el trauma enfrentados por el personal y las familias. Respaldan a los programas en la implementación de apoyos para todo el programa.
Proporcionan oportunidades para que el personal se reúna
El trauma puede afectar la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y a los demás, y cómo somos en nuestras relaciones. Por eso es importante tener en cuenta el trauma cuando participamos juntos en reuniones de personal, supervisión, capacitación e interacciones informales.
En los programas orientados al trauma, los líderes y supervisores crean seguridad al establecer expectativas claras de comunicación. Junto con el personal crean reglas básicas sobre cómo se llevarán a cabo las reuniones. Modelan equidad, validez y fiabilidad. Los líderes y supervisores trabajan en su propia autorregulación. Para hacer eso, prestan atención a sus propios sentimientos y reacciones. Aprenden y usan estrategias relajantes que les ayudan a calmarse. También respetan y aprecian las diferencias entre el personal, las familias y los niños.
Los líderes tienen en cuenta el trauma cuando planean oportunidades para que el personal se reúna. Cuando los líderes, los supervisores y el personal se reúnen, podría haber diferencias de poder, reales o percibidas. Para las personas que han sufrido traumas, sentirse impotentes es algo común. Por ejemplo, muchas personas que han sufrido traumas interpersonales podrían temer que las personas con poder puedan usarlo de maneras impredecibles, injustas o dañinas.
En programas orientados al trauma, los líderes, administradores y supervisores entienden eso. Comparten poder siempre que es posible. Son claros y directos acerca de cómo, por qué y cuándo utilizan la autoridad asignada a sus funciones. Lo hacen de manera razonable y justa.
Los programas pueden considerar estas y otras formas de hacer que sus actividades diarias respondan al impacto del trauma y ayuden al personal a resistir la retraumatización. Pueden utilizar estas formas, junto con las prácticas y estrategias de todo el programa, para fortalecer la atención orientada al trauma y la recuperación para las familias y el personal.
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Resource Type: Publicación
National Centers: Participación de los padres, las familias y la comunidad
Audience: Trabajadores sociales de las familias
Última actualización: November 18, 2024