Prácticas de seguridad

Consejos para proteger a los niños: Una guía de desarrollo - Niños pequeños (de 1 a 3 años)

Los primeros años de un niño son un momento en que está desarrollando habilidades en todas las áreas. Recuerdan lo que aprenden y comparten con los demás. Comprenden más profundamente las cosas, toman decisiones y se relacionan con los demás en nuevas maneras. Los cambios en su desarrollo físico, cognitivo y socio-emocional los ayudan a construir nuevas habilidades que los preparan para la escuela y aprendizaje más adelante.

Durante esos años, comienzan a usar sus músculos grandes y pequeños en nuevas formas. Les gusta ir rápido y practican correr, saltar, patear y lanzar. Aunque en un principio son inestables, con la práctica, muchos niños empiezan a subir las escaleras cuando llegan a los 2 años. Al llegar a los dos años y medio, la mayoría de los niños pequeños generalmente dominan las escaleras y están listos para comenzar a trepar en un equipo de juego más desafiante. Pero a medida que aumenta su movilidad, también aumentan los peligros de seguridad. Los cuidadores necesitan supervisar su actividad estrechamente, especialmente cuando los niños están trepando. En cuanto a los niños de todas las edades, la superficie de las áreas de juego al aire libre deben cumplir con las regulaciones para amortiguar las muchas caídas de los niños pequeños. Las puertas de seguridad son otra pieza importante de equipo de seguridad para niños en este grupo de edad.

Los niños pequeños pasan de poner cosas que están a su alcance en la boca (a 1 año de edad) a usar los dedos y manos para manipular los objetos (a los 2 años y medio o más). También están aprendiendo más sobre su entorno. Por ejemplo, continúan aprendiendo que un objeto oculto no se ha ido para siempre, recuerdan cosas que sucedieron, clasifican las cosas por sus características y utilizan palabras para describir lo que experimentan. Exploran su mundo a través de la imaginación y los juegos que juegan. Sin embargo, todo aprendizaje requiere cierto nivel de riesgo. Hasta que no entiendan lo que es seguro, un niño pequeño puede tomar riesgos que pueden causar lesiones. Los cuidadores del niño eliminan todos los peligros del entorno y enseñan a los niños a explorar y participar en actividades con seguridad para que puedan aprovechar las muchas oportunidades de aprendizaje que están a su disposición.

Los niños también están aprendiendo a jugar con otros niños, pero tienen poca capacidad para compartir. Carecen de las habilidades lingüísticas para expresar fácilmente sus sentimientos. Como resultado, dependen de los adultos de confianza para enseñarles a jugar con otros niños, compartir y tomar turnos y demostrarles a interactuar con seguridad con los niños y adultos. Las rutinas consistentes y las expectativas claras ayudan a reducir el riesgo de los comportamientos desafiantes que pueden dar lugar a lesiones tanto a otros niños como a los adultos.