Las interacciones

Cuidadora amamantando a un bebé.

Las interacciones diarias con bebés y niños pequeños son la base de un cuidado de calidad. El desarrollo y el aprendizaje saludables del bebé y el niño pequeño tienen lugar en el contexto de unas relaciones seguras y que fomenten el desarrollo con los padres, los miembros de la familia y otros adultos que se preocupan por ellos. La individualización del cuidado implica adaptar estas interacciones a las necesidades de cada niño. (Consulte 45 CFR 1302.31(b)(2) y 45 CFR §1302.35(b)(1) y (c)(2).)

No hay dos bebés o niños pequeños iguales; cada niño es único. El mismo tipo de interacción no puede aplicarse a todos los niños. Para adaptar las interacciones, los maestros, los visitadores del hogar y los proveedores de cuidado infantil familiar observan a los niños, interactúan con las familias y, combinado con el conocimiento del desarrollo del niño, utilizan la información a su disposición para que sirva de guía a la forma en que interactúan y responden al niño. Interpretan sus señales y responden de maneras que fomenten el desarrollo según las características individuales del niño, como su edad, habilidades, necesidades e intereses del niño, así como el temperamento, el idioma del hogar y la cultura de la familia.[2]

Los bebés y los niños pequeños comunican sus sentimientos, intereses e intenciones a través de su comportamiento. Descubrir lo que significa su comportamiento es una parte importante de las interacciones receptivas e individualizadas. Petersen y Wittmer recomiendan algunas preguntas que el personal docente puede utilizar para reflexionar sobre lo que podría significar el comportamiento de los niños:[3]

  • ¿Qué está experimentando el niño? ¿Qué está pensando el niño?
  • ¿Cuál es el comportamiento y cuándo, dónde y con quién ocurre?
  • ¿Qué deseos o necesidades está comunicando el niño? ¿Cuál es el propósito del comportamiento del niño? ¿Cuál es el significado del comportamiento del niño?
  • ¿Qué queremos su familia y yo que el niño haga, aprenda y sienta?

El personal puede compartir estas preguntas con las familias para tratar de entender mejor a los niños. Cuando el personal y las familias responden a estas preguntas, obtienen información sobre cómo interactuar con cada niño. Hay muchas maneras en que los adultos pueden interactuar con los niños, tales como:

  • lenguaje verbal,
  • lenguaje de señas,
  • comunicación no verbal (p. ej., gestos, expresiones faciales),
  • contacto físico,
  • movimientos suaves o activos,
  • uso del espacio entre el adulto y el niño.

Las interacciones que son respetuosas y receptivas a las necesidades individuales de cada niño hacen que los niños sepan que sus sentimientos, intereses e intenciones son reconocidos y valorados.

2 Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Administración para Niños y Familias, Oficina Nacional de Head Start, Centro Nacional de Recursos de Early Head Start (EHS NRC, sigla en inglés), Hablemos de... La práctica adecuada al desarrollo (Washington, DC, 2011).

[3] Petersen y Wittmer, Endless Opportunities, 72.