Preparación escolar

El desarrollo social y emocional y su relación con la preparación para la escuela

Este Hablemos de… trata sobre la importancia de los vínculos afectivos en el desarrollo social y emocional desde el nacimiento hasta los tres años y su relación a la preparación para la escuela. Se ilustran algunas de las metas que se sugieren en las Metas de la preparación para la escuela de los bebés y niños pequeños que participan en los programas Head Start y Early Head Start: ejemplos del Centro Nacional de Recursos de Early Head Start. También se incluye una Guía de estudio para profundizar sobre el tema y llevar las ideas a la práctica con los niños pequeños y sus familias. Observe que: Este recurso se encuentra bajo revision.

Junio 2013

¿En qué consiste el desarrollo social y emocional?
Las experiencias y el aprendizaje temprano
¿Por qué es importante el desarrollo social y emocional y cómo influye en el aprendizaje?
Conclusión
Guía de estudio

Véase la versión en PDF: Hablemos de... El desarrollo social y emocional y su relación con la preparación para la escuela

Es temprano en la mañana y el primer día del año escolar. Muchos niños están esperando el autobús que los llevará a la escuela por primera vez. En la mochilita nueva llevan sus materiales escolares y una merienda. Algunos de ellos se ven contentos y confiados, haciéndose amigos. Otros se ven preocupados o miedosos, agarrados de la mano de los padres o los abuelos que los acompañan. Otros se despiden de los padres llorando.

Es difícil imaginarse que todos los niños del ejemplo presentado han estado preparándose para este día desde la gestación. «¿De qué forma?», se preguntará usted. Los vínculos afectivos sólidos que los niños establecen en el hogar con la familia más adelante influyen en el éxito escolar. ¡Y todo empieza en los primeros años de vida!

Su programa probablemente ha establecido metas para los bebés y niños pequeños en cada una de las áreas del desarrollo. Con el fin de apoyar a los programas en esta tarea, la Oficina Nacional de Head Start (OHS) ha reunido ejemplos de metas en todas las áreas del desarrollo infantil que se relacionan con la preparación para la escuela [1], una de las cuales es el desarrollo social y emocional. En esta edición de Hablemos de... presentamos ejemplos que ilustran esas metas.

¿En qué consiste el desarrollo social y emocional?

El desarrollo social y emocional es la capacidad que va desarrollándose en el niño, desde el nacimiento hasta los tres años, para sentir, controlar y expresar emociones; forjar vínculos interpersonales estrechos y seguros; y explorar y aprender de su ambiente, todo en el contexto de la familia, la comunidad y las expectativas culturales de los niños pequeños [2]. De la misma manera que todo niño tiene su propio ritmo de desarrollo, también tiene diferentes formas de sentir, de reaccionar a situaciones extrañas o nuevas y de controlar sus emociones. El rol que desempeña el adulto consiste en responder a las necesidades de los niños de más tierna edad de forma constante y predecible con el fin de ayudarles a adquirir confianza para vincularse a las personas que los rodean, sentirse protegidos y formarse la idea de que el mundo es un lugar seguro y agradable.

Las experiencias y el aprendizaje temprano

Ofelia es una bebita de un mes y medio. A medianoche se despierta y llora de hambre. Su madre, Vanessa, se despierta con el llanto y se levanta de inmediato, se acerca a la cuna de Ofelia y le dice en voz baja: «Sh... sh... sh...sh, mi niña, veo que tienes hambre. Primero voy a cambiarte el pañal». La levanta en sus brazos, le susurra una canción y mientras le cambia el pañal le dice: «No me llevará mucho tiempo cambiarte. Lo haré rápido. Sé que tienes hambre». Ofelia mira a su madre intensamente. Luego Vanessa le dice «¿Ves? Ya casi hemos terminado». Se sienta en la mecedora y mientras la amamanta la mece y le canta una canción de cuna con la mirada puesta en ella.

Mari, una bebita de la misma edad de Ofelia, también se despierta a medianoche llorando de hambre. A su alrededor oye la televisión a todo volumen y el estrépito de una puerta. Su madre, Luz, no responde a sus quejidos hasta que Mari llora a gritos. Cuando Luz levanta a Mari para alimentarla, lo hace bruscamente, sin decirle nada. Para entonces, Mari ya está muy enojada y llora aun más fuerte. Luz se sienta con ella, mirando hacia otro lado sin hacerle caso a Mari. Cuando Mari empieza a mamar, oye gritos de adultos discutiendo. Se distrae y deja de mamar. Su madre no le dice nada que le ayude a sentirse segura y continuar alimentándose.

El inicio de la autorregulación (véanse las metas 1 y 3 de la preparación para la escuela [3] en el área del desarrollo social y emocional)

Ofelia y Mari aprenden cosas muy diferentes acerca del mundo que las rodea y de su propia autorregulación. Ofelia aprende que, si llora, alguien la consolará y le satisfará el hambre. Cuando su madre le habla o la mece, le ayuda a calmarse, a prestar atención a las voces de otros y a confiar que alguien la ayudará. Eso constituye la base de la autorregulación, es decir, no perder el control percibir las emociones de los demás y responder al mundo externo de forma apropiada al momento [4]. A su tierna edad, Ofelia aprende que el mundo es un lugar seguro cuando los adultos le responden de forma cariñosa y constante.

Mari, por el contrario, aprende que ella no es importante para los adultos que la rodean. No le responden cuando los necesita y, cuando lo hacen, es de una forma brusca y sin cariño. Su experiencia es muy diferente a la de Ofelia. Cuando Mari pasa mucho tiempo esperando que alguien la atienda y no recibe respuesta, se frustra y aprende a desconfiar. Si no tiene experiencias positivas en el futuro, habrá aprendido que no merece recibir atención. Sin un vínculo fuerte con su madre y sin el respaldo de algún otro adulto, no aprende a controlar sus emociones. Debido a la actitud de Luz, Mari recibe el mensaje de que no puede confiar en su propia madre. Según las conclusiones de estudios recientes, establecer vínculos afectivos fuertes con adultos y con otros niños es el cimiento de la capacidad que los niños necesitarán para el resto de su vida [5]. ¡Los adultos tienen la clave para un desarrollo saludable desde el primer día de vida de un niño! Con natural para explorar y aprender acerca del mundo que los rodea con la confianza necesaria para expresar y controlar sus sentimientos para luego poder superar dificultades.

Daria, una niña de tres años, y Juan Luis, un niño de la misma edad, están en el centro de Head Start. Hace unos momentos terminaron de merendar. La maestra, Rosi, los invita a salir a jugar en la chorrera o el tobogán. Salen corriendo y al llegar Daria le dice a Juan Luis: «¡Yo primero!» y lo empuja. Él le dice: «¡No, yo llegué primero!». Rosi los separa, los toma de la mano y les dice en tono fuerte: «¡No se peleen!». Luego le pregunta a Daria: «¿Cómo podemos decidir quién sube primero?». Daria le responde: «Nos turnamos». Después de deslizarse, Daria le dice a Juan Luis: «Ahora te toca a ti». Daria y Juan Luis están aprendiendo a expresar sus emociones, seguir instrucciones, resolver problemas, turnarse y confiar en que los adultos los pueden ayudar.

Más adelante, cuando Ofelia, Mari, Daria y Juan Luis entren a la escuela, habrán pasado por experiencias muy diferentes. ¿Tendrán la misma perspectiva de la vida, la misma autoestima, el mismo sentimiento de bienestar emocional? ¿Qué comportamiento les demostraron los adultos que los cuidaban? Según estudios recientes, los vínculos afectivos fuertes que los padres u otros adultos importantes establecen con el bebé lo llevan a adquirir el gusto por aprender, a tener confianza en sí mismo, a relacionarse con otras personas y a entender las emociones, el respeto de los demás y muchos otros aspectos de las relaciones humanas [6].

¿Por qué es importante el desarrollo social y emocional y cómo influye en el aprendizaje?

La preparación para la escuela empieza desde los primeros momentos de vida. Las interacciones emocionales de un bebé que está al cuidado de una persona predecible y receptiva crean la confianza que hace posible el aprendizaje [7]. Los bebés y niños pequeños necesitan establecer vínculos afectivos sólidos con otras personas importantes de su ambiente para poder adquirir la confianza necesaria para explorar su alrededor y desarrollar la autoestima. Los adultos desempeñan un rol decisivo en el éxito que los niños pequeños tendrán en la escuela. Un vínculo fuerte entre el padre o la madre y el hijo o entre el niño y la persona que lo cuida lleva a un desarrollo social y emocional saludable que le permitirá desarrollar aptitudes tales como conocer, controlar y expresar sus sentimientos, respetar a los demás, esperar su turno, pedir ayuda y ser capaz de adaptarse a su nuevo ambiente social. Por ejemplo:

  • Cuando usted le dice a un niño: «Vamos, te cambio el pañal, luego nos lavaremos las manos y entonces podremos leer el cuento», este niño aprende a reconocer y predecir las rutinas diarias y a seguir instrucciones. Cuando vaya a la escuela, será capaz de esperar para lograr algo, hacer caso a las instrucciones del maestro y adaptarse a las rutinas de la clase.
  • Cuando usted observa que un niño pequeño ofrece su juguete a otro niño diciéndole «para ti» y le hace un comentario positivo como «me gusta cómo juegas con tu amiguito», está respaldando su interés y entusiasmo por los compañeros de juego, lo cual es importante para en el futuro llevarse bien con los compañeros de clase.
  • Cuando un niño se frustra al no poder poner un bloque sobre otro sin que se derrumben le pide ayuda, y usted le dice: «Tú puedes hacerlo. ¡Ya casi lo lograste!», el niño aprende a sentirse competente para intentar cosas nuevas, controlar sus emociones y confiar en que puede pedir ayuda a los adultos cuando sea necesario.

Los padres y las personas importantes en la vida de un niño desempeñan una función decisiva cuando le ayudan a seguir las rutinas diarias, como por ejemplo, ir al área donde le cambian los pañales, dormir la siesta sin distraer a los demás y comer la merienda en el lugar indicado. Las rutinas que los niños interiorizan a temprana edad facilitarán su adaptación a la escuela.

Conclusión

Cuando los niños entran al kindergarten, se supone que serán capaces de adaptarse al ambiente escolar. Esto significa adaptarse a las rutinas escolares diarias, seguir instrucciones de los maestros, llevarse bien con otros niños y adultos, tolerar las frustraciones y ser capaces de controlar sus emociones. La edad más formativa son los primeros años de vida. El personal de Early Head Start y los Programas para Familias Migrantes de Head Start tienen la responsabilidad de trazar metas [1307.3 (b) (1) (i) y (ii)] en todas las áreas del desarrollo para los niños que participan en los programas que respaldan la visión de Head Start para la preparación para la escuela.

Guía de estudio

Resumen:

Este Hablemos de... trata sobre el desarrollo social y emocional desde el nacimiento hasta los tres años y el rol que desempeñan los adultos en esta área del desarrollo. Se ilustran las metas sugeridas en Metas de la preparación para la escuela de los bebés y niños pequeños que participan en los programas Head Start y Early Head Start.

Conceptos clave:

  • Las interacciones de los bebés y niños pequeños con los adultos que tienen un rol importante en su vida son esenciales para el desarrollo social-emocional.
  • El desarrollo social y emocional saludable en una edad temprana es crucial para establecer vínculos fuertes con otras personas a lo largo de la vida y para el futuro rendimiento escolar.
  • Los niños pequeños dependen de los adultos que los rodean para tener rutinas constantes y predecibles que les ayuden a sentirse seguros y confiados.

Para pensar:

  • ¿De qué forma la información contenida en este Hablemos de... le ayuda a establecer metas del desarrollo social y emocional para los bebés y niños pequeños?
  • ¿Cómo apoya el desarrollo social y emocional de los niños en su programa?
  • ¿Cómo se comunica con las familias para conseguir información sobre las rutinas de los niños en el hogar?

Para reflexionar:

  • ¿Ha pensado cómo sus propias experiencias influyen en la forma en que apoya el desarrollo social y emocional de los niños que tiene a su cuidado?
  • Si tuviera que comunicar a las familias lo que usted sabe sobre el desarrollo social y emocional, ¿qué les diría?

Para dialogar

  • ¿Puede nombrar rutinas diarias específicas que respalden el desarrollo social y emocional de los bebés y niños pequeños?
  • Basándose en Metas de la preparación para la escuela de los bebés y niños pequeños que participan en los programas Head Start y Early Head Start, ¿qué otros ejemplos de metas ha establecido usted para los niños de su programa?
  • ¿Qué experiencias les proporciona a los niños diariamente para apoyar el desarrollo social y emocional?

Para aprender más, lea:

  • Las normas estatales sobre el aprendizaje en la primera infancia (Early Learning Guidelines), que delinean lo que los niños deben saber o ser capaces de hacer.
  • Center on the Social and Emotional Foundations for Early Learning. Módulos de capacitación. http://csefel.vanderbilt.edu/resources/modulos_inftodd.html

Vocabulario

  • Vínculos afectivos fuertes
  • Autorregulación
  • Controlar y expresar sentimientos y emociones

Referencias

[1] School Readiness Goals for Infants and Toddlers in Head Start and Early Head Start Programs: Examples from the Early Head Start National Resource Center. HHS/ACF/OHS/EHSNRC. 2012 (en inglés).

[2] Handout 3.3. Healthy Social-Emotional Development. Preventing Child Abuse and Neglect. ZERO TO THREE 2006 (en inglés).

[3] School Readiness Goals for Infants and Toddlers in Head Start and Early Head Start Programs: Examples from the Early Head Start iv National Resource Center. HHS/ACF/OHS/EHSNRC. 2012 (en inglés)

[4] Gabriela Markova y Maria Legerstee, "How Infants Come to Learn About the Minds of Others," ZERO TO THREE Journal, 2008 (5): 26-31 (en inglés).

[5] National Scientific Council on the Developing Child, "Young Children Develop in an Environment of Relationships," Working Paper No. 1 (2004), consultado el 12 de febrero de 2013 (en inglés)

[6] Ibid.

[7] J. Ronald Lally, "School Readiness Begins in Infancy: Social Interactions During the First Two Years of Life Provide the Foundation for Learning," Phi Delta Kappan 92:3 (noviembre de 2010): 17–21, consultado el 12 de febrero de 2013 (en inglés).