En esta tercera y última parte de Hablemos de… los enfoques del aprendizaje, se presentan tres características más: la memoria, la perseverancia y la solución de problemas. El tema de esta edición es la forma en que los bebés y niños menores de tres años hacen uso de su memoria para recordar las experiencias previas y así resolver problemas que encuentran a su paso. Se incluyen prácticas que los maestros, visitantes domiciliarios y personal del cuidado infantil familiar pueden utilizar para apoyar el aprendizaje. Se incluye una Guía de estudio. (El contenido de este Hablemos de… también se presenta en NYCU Foundations of School Readiness: Approaches Toward Learning, Part 3 of 3).
Junio 2014
La memoria
La persistencia
La solución de problemas
Conclusión
Guía de estudio
Véase la versión en PDF: Hablemos de… Los enfoques del aprendizaje y su relación con la preparación para la escuela, Parte III: La memoria, la perseverancia y la solución de problemas
Parte III: La memoria, la perseverancia y la solución de problemas
En la primera parte de este Hablemos de… tratamos el tema de los enfoques del aprendizaje y su relación con la preparación para la escuela, una de las cinco áreas del desarrollo que la Oficina de Head Start considera fundamentales para el desarrollo de los niños pequeños. Destacamos la relación entre el área de los enfoques del aprendizaje y el área del desarrollo social y emocional. En la segunda parte se presentaron tres características de los enfoques del aprendizaje: la atención, la curiosidad y la obtención de información y la influencia de la cultura. En esta tercera y última parte se presentan tres características más: la memoria, la perseverancia y la solución de problemas.
La memoria
En los niños pequeños, la memoria es la habilidad que va desarrollándose para retener y recordar el pasado. ¿Qué recuerdan? ¿Cómo lo hacen a tan tierna edad? El desarrollo de la memoria de los bebés y niños menores de 3 años no consiste en recitar el abecedario o contar del 1 al 10. El conocimiento previo del mundo y eso lo logran a través de las experiencias tempranas con sus seres queridos. Por ejemplo, observe cómo un bebé recién nacido reconoce quién es su madre. ¡Qué capacidad la que tienen a escasos momentos después del nacimiento! Los padres y las personas que cuidan niños contribuyen al desarrollo de las capacidades cognitivas, como la memoria, cuando, les hablan, les cantan, les leen, siguen rutinas cotidianas o juegan con ellos. Y, sobre todo, los niños pequeños retienen todo lo que les interesa.
Félix, de 22 meses, ha terminado de desayunar. Su mamá, Celia, se apresura para ir al trabajo. Todos los días siguen la misma rutina: el desayuno, recoger la lonchera, ponerse el abrigo y salir. Pero hoy Félix tiene fiebre y va a quedarse en casa con la vecina. Félix se para al lado de la puerta para salir con su mamá como lo hace todos los días. Celia le explica por qué hoy la rutina no va a ser la misma. Félix llora, se tira al suelo y está inconsolable. No hay nada que lo contente.
Para un niño como Félix, las rutinas diarias, como prepararse para ir al centro de cuidado infantil, le ofrecen la certidumbre y la expectativa de que el mundo es predecible. Los adultos que lo cuidan saben que las rutinas son una forma de ayudarle a recordar lo aprendido. Hasta los bebés tienen expectativas con respecto al orden de sus rutinas: por ejemplo, la hora de comer, el baño, la lectura del cuento y luego dormir. Los niños mayorcitos que internalizan su rutina, como lavarse las manos antes de comer, demuestran que tienen memoria a largo plazo.
La capacidad de recordar les permite a los niños de 0 a 3 años distinguir entre las personas y los objetos conocidos y desconocidos, predecir las rutinas cotidianas del cuidado personal y participar en ellas, y aprender el lenguaje, además de llegar a conocer las reglas de la interacción social [1]. Mucho antes de hablar, los bebés nos demuestran su capacidad para recordar sucesos y experiencias. Por ejemplo, alrededor de los 9 meses, cuando ven algo que desaparece o que está parcialmente escondido, lo buscan activamente. Eso es una demostración de que ha adquirido la capacidad para entender, por ejemplo, que si su madre sale de la habitación regresará. Por cierto, esa experiencia les da una sensación de seguridad. Ha retenido la imagen de su madre en la memoria aun sin percibirla físicamente.
Durante los primeros tres años de vida, los niños menores de 3 años recuerdan mejor lo que aprenden en un ambiente familiar cariñoso, especialmente lo que aprenden de sus padres. Ese ambiente les ayuda a memorizar por medio del juego, la repetición y las rutinas.
- Juegue con el bebé frecuentemente y responda a sus esfuerzos para comunicarse con usted.
- Repita experiencias una y otra vez; por ejemplo, cuando pone una pieza de rompecabezas en el lugar apropiado para formar una figura.
- Provéale rutinas predecibles, como leerle un cuento después de almorzar. Los niños pueden predecir lo que va a suceder cuando las rutinas suceden aproximadamente al mismo tiempo y en el mismo orden todos los días. Las rutinas contribuyen al aprendizaje de los niños de cualquier edad, sean bebés o niños mayorcitos.
La persistencia
El punto de partida de la persistencia supone un esfuerzo continuo y constante. Caerse y ponerse de pie cuando se está aprendiendo a caminar o armar una torre de bloques que se derrumba una y otra vez presentan retos que requieren autorregulación para controlar el sentimiento de frustración. También supone buscar soluciones a los problemas, desarrollar la intencionalidad y fijar la atención en lo que se quiere lograr. Aunque los niños pequeños no cuentan con lenguaje avanzado ni completo control de sus emociones, pueden desarrollar la capacidad para persistir y superar la inevitable frustración. Cuando los adultos les brindan apoyo y estímulo desde muy temprana edad, les ayudan a controlar sus reacciones [2].
Imagínese a un bebé de 11 meses que se ha propuesto ponerse de pie por sí solo, sujetándose de una silla. ¿Ha visto cuántas veces se cae y vuelve a intentarlo? ¿Ha notado su carita de gozo cuando al fin lo logra? "La práctica hace al maestro", dice el viejo refrán. ¡Lo intentó muchas veces! Eso quiere decir que, para lograr su fin, el bebé de este ejemplo tuvo que buscar algo a su alcance para sujetarse, tuvo que tener la intención de hacerlo y tuvo que poner atención para asentar un pie, luego el otro e impulsarse hacia arriba y finalmente lograr ponerse de pie. Todos estos pasos para lograr algo que a simple vista parece sencillo. Si observa al bebé con detenimiento, verá que le ha costado un gran esfuerzo. ¡Qué manera de persistir!Ahora imagínese a una niña que quiere usar la cuchara y comer sola. Se le cae la comida y con la manita pone la comida en la cuchara y lo intenta una y otra vez. Quizá sus padres no quieren que se frustre y le dan de comer en vez de que ella se alimente sola. No hay duda de que lo va a lograr, pero tenga en cuenta que la cultura de la familia puede determinar cuándo y cómo lo aprenderá.
El papel de los adultos es proveer a los niños pequeños un ambiente adecuado para el aprendizaje que propicie el desarrollo de la persistencia. ¿Qué puede hacer usted?
- Déle materiales de juego que sean interesantes y apropiados para la edad del bebé o niño pequeño y no lo apresure a que aprenda a usarlos inmediatamente.
- Para evitar la frustración, no le ofrezca experiencias que estén muy por encima de sus posibilidades. Por ejemplo, si un bebé quiere sostener el biberón pero es muy pesado o grande para él, déle uno más liviano.
- Celébrele sus esfuerzos primero en vez de celebrarle únicamente los logros. En cada poco paso que da a fin de lograr su objetivo, demuéstrele entusiasmo y anímelo: "¿Viste? Ya te falta para ponerte de pie tú solita". Este apoyo emocional es clave puesto que fomenta su autoestima y le ayuda a sentirse competente y a regular la frustración que pudiera sentir.
- Cuando le falta poco para terminar una tarea que se propuso (por ejemplo, armar un rompecabezas), aliéntelo: "¡Muy bien! ¿Ves? ¡Sí puedes!".
- Determine qué le interesa al niño, déle opciones para que escoja con qué quiere jugar y déle tiempo sin interrupciones.
La solución de problemas
Los niños adquieren las bases de la habilidad para solucionar problemas por medio de las relaciones recíprocas, la exploración activa y las interacciones sociales [3]. Desde el nacimiento, tratan de interaccionar con los adultos que conocen y por diferentes motivos: porque tienen hambre y quieren comer, porque están aburridos y necesitan que alguien les hable o simplemente porque quieren contacto físico con sus seres queridos. Los niños mayorcitos se comunican con los adultos para pedir ayuda a fin de solucionar algún problema o expresar sus emociones. Lo cierto es que, desde una edad muy temprana, demuestran una disposición natural para buscar soluciones a los retos que encuentran a su paso
Los bebés y niños pequeños aprenden desde el primer día en el mundo que sus acciones surten efecto en los demás. Si lloran, alguien viene a verlos; si tiran algo al suelo, alguien se lo recoge. Para ellos, eso es un gran descubrimiento. Cuando observa a un niño que golpea un tambor una y otra vez se dará cuenta de que lo hace intencionadamente para escuchar el ruido que hace. Cuando un niño mayorcito ve que sobre una toalla hay un carrito que le llama la atención, pero no quiere pararse para recogerlo, jala la toalla para acercarlo hacia él. ¿Solucionó el problema? ¡Claro que sí!
¿Cómo podría Martha obtener información acerca del gusanito si no fuera capaz de mantener la atención por un momento? Su intención era saber cómo mirar un gusano de cerca. ¿Qué papel desempeñó la maestra? ¿La animó en su búsqueda de información? Martha, motivada por su curiosidad y el interés que le despertó el gusanito, siguió intentándolo hasta que logró su objetivo. Eso requirió paciencia, que es una forma de autorregulación. ¿Se dio cuenta de que la maestra no le dio la solución? Solo la animó en su curiosidad dándole una alternativa.
La solución de problemas es esencial para el aprendizaje. Sin embargo, está condicionada a dos cosas: que el niño pueda explorar su entorno y que pueda interaccionar socialmente. Aprender a solucionar los retos de las relaciones amistosas a través del juego con otros niños de su edad es el resultado de la autorregulación, la expresión de los sentimientos y sentirse seguro. ¡Apóyelo!
- Ponga objetos un poco más lejos de lo que un bebé que está en la alfombra boca abajo pueda alcanzar.
- Motívelo a encontrar diferentes formas de hacer las cosas. Por ejemplo, si está haciendo una torre con bloques y se le caen, pregúntele: "¿Qué pasaría si pusieras los bloques más grandes abajo?".
- Deje que el niño resuelva los problemas antes de intervenir para hacerlo usted.
Conclusión
La capacidad para memorizar y retener lo aprendido, relacionarlo con experiencias previas y usar esos conocimientos para solucionar problemas son características del aprendizaje que los bebés y niños pequeños desarrollan con el apoyo de los adultos que los crían y cuidan de ellos. Las interacciones emocionales de los bebés con las personas conocidas, predecibles y receptivas que cuidan de ellos crean un sentimiento de seguridad, la base a partir de la cual puede tener lugar el aprendizajeiv. En todo momento, ya sea al sostener una sonaja, apilar bloques o compartir un triciclo, los niños pequeños hacen uso de todas las características de los enfoques del aprendizaje. No obstante, ellos cuentan con que los adultos los guíen para aprender a aprender.
Guía de estudio
Resumen:
Este Hablemos de... es la tercera parte de Los enfoques del aprendizaje. Se describen tres características de los enfoques del aprendizaje: la memoria, la persistencia y la solución de problemas.
Conceptos clave:
- La memoria de los niños pequeños es la habilidad que va desarrollándose para retener y recodar el pasado. En la mayoría de los casos, a los 9 meses, aproximadamente, los bebés adquieren el concepto de la permanencia de los objetos. Si un objeto desaparece, lo buscan activamente, demostrando así que lo retuvieron en la memoria. Los niños mayorcitos demuestran que tienen memoria a largo plazo cuando, por ejemplo, repiten una rutina una y otra vez.
- La persistencia requiere superar la frustración.
- A fin de que los niños pequeños aprendan a resolver problemas, los adultos deben darles tiempo para que ellos mismos lo solucionen antes de intervenir.
Para pensar:
Si tuviera una conversación con los padres acerca del papel que tienen en el desarrollo de la memoria, la perseverancia y la solución de problemas en los hijos:
- ¿Qué aprendería de ellos?
- ¿Qué ha observado con respecto a la forma en que las familias apoyan la memoria, la persistencia y la solución de problemas en los hijos?
- ¿Qué otras estrategias que usted usa para apoyar dichas características podría señalar a las familias?
Para reflexionar:
- Pregúntese si, cuando usted se enfrenta a un problema, lo abandona si lo ve difícil o no lo deja hasta que lo resuelve. Clasifíquese en una escala del 1 al 10 donde "1" sería "trato de olvidarlo" y "10" sería "no cedo en mis esfuerzos hasta que resuelvo el problema."
- ¿A qué característica del aprendizaje mencionada en este Hablemos de… atribuyó más importancia su familia?
Para dialogar
Intercambie ideas con sus colegas acerca de la forma en que resuelven problemas entre los niños de la misma edad y fomentan la cooperación entre ellos.
Para aprender más, lea:
Departamento de Educación de California y Centro para Estudios del Niño y la Familia, Fundamentos del aprendizaje y el desarrollo infantil de California (Sacramento, CA, 2010), 63. Consultado el 30 de mayo de 2014.
Véase también:
Los enfoques del aprendizaje y su relación con la preparación para la escuela, Parte I: Introducción
Hablemos de... Los enfoques del aprendizaje y su relación con la preparación para la escuela, Parte II: La atención, la curiosidad y la obtención de información
Referencias
[1] Departamento de Educación de California y Centro para Estudios del Niño y la Familia, Fundamentos del aprendizaje y el desarrollo infantil de California (Sacramento, CA, 2010), 63. Consultado el 30 de mayo de 2014 en http://www.cde.ca.gov/sp/cd/re/documents/itfoundationsspan.pdf [PDF, 3.2MB].
[2] Sandra Petersen, School Readiness for Infants and Toddlers? Really? Yes, Really!, Young Children, NAEYC: Washington DC (septiembre de 2012): 13. Consultado el 4 de junio de 2014 (en inglés).
[3] Illinois State Board of Education, The University of Illinois at Urbana-Champaign, Illinois Early Learning Project. For Children Birth to Age Three. Illinois Early Learning Guidelines. (IL, 2013), 129. Consultado el 22 de mayo de 2014 (en inglés).
[4] J. Ronald Lally, School Readiness Begins in Infancy: Social Interactions During the First Two Years of Life Provide the Foundation for Learning, Phi Delta Kappan 92:3 (November 2010): 17–21, accessed July 19, 2012; Early Head Start National Resource Center, News You Can Use Foundations of Learning Series: Brain Development (in press) (en inglés).
Leer más:
Resource Type: Article
National Centers: Desarrollo, Enseñanza y Aprendizaje en la Primera Infancia
Age Group: Bebés y niños pequeños (en inglés)
Series: Noticias útiles
Última actualización: September 11, 2023