La reflexión e interpretación en el momento

Padres leyendo con su hijo en el piso.

Una de las formas en que el personal de educación refleja e interpreta es observando y respondiendo a los niños (o a los padres interactuando con sus hijos durante una visita al hogar o socialización grupal) en el momento.[1] Estas interpretaciones inmediatas e informales se basan en elementos tales como el conocimiento de cada niño y su familia, las metas individuales del niño, y el conocimiento y la experiencia profesionales. Si bien el personal puede documentar sus observaciones más tarde como parte de la evaluación continua del niño, aun así responden en el momento según lo que saben. La reflexión e interpretación en el momento no requiere una revisión formal de la información de la observación o de los datos de la evaluación.[2]

Los visitadores del hogar podrían responder en el momento a lo que oyen decir y hacer a los padres y a otros miembros de la familia para apoyar el desarrollo y el aprendizaje de sus hijos durante las visitas al hogar y las socializaciones grupales. Los visitadores del hogar basan estas respuestas en sus relaciones con los padres y los miembros de la familia y las expectativas de las familias en cuanto a sus hijos, así como lo que saben de cada niño, las metas individuales de los niños y el conocimiento y la experiencia profesionales.

Por ejemplo, durante una visita previa al hogar, los padres de un niño pequeño le comentaron a la visitadora del hogar sobre el interés de su hijo en un conejo que vio en el apartamento de un amigo. El niño pequeño señaló al conejo, dijo el sonido /co/ un par de veces y se acercó a acariciar al conejo. Según los padres, esto sucedía cada vez que visitaban al amigo de su hijo. La visitadora del hogar les recomendó llevar al niño a la biblioteca y buscar libros sobre conejos. Cuando la visitadora del hogar va a la casa la semana siguiente, ve al niño sentado en el sofá mirando atentamente un libro de cartón mientras pasa las páginas, toca cada página y dice: "conejo". A pesar de que la visitadora del hogar y los padres planearon un comienzo diferente para esta visita, la visitadora del hogar reflexiona e interpreta lo que observa en el momento y cambia la manera en que comenzará la visita. Ella expresa su entusiasmo por lo que el niño está haciendo e invita a los padres a hablar sobre sus experiencias compartidas en la lectura de libros durante la semana.

Lin, de ocho meses, se despierta de su siesta matutina, quejándose. Lydia, su proveedora de cuidado infantil familiar, está en la sala construyendo una torre de bloques con otro niño un poco mayor y un preescolar. Lydia la escucha y le dice: "¡Lin, te oigo y voy a buscarte!". Lin deja de lloriquear. Cuando llega a la cuna de Lin, Lydia dice: "Qué siesta más larga tomaste. Y sé lo que intentas decirme: estás despierta, quieres atención, ¡y que te cambien el pañal! Ahora tienes toda mi atención, ¡así que vamos a cambiarte el pañal!". Lin levanta los brazos, esperando a que la carguen.

Lydia sabe que Lin es la más pequeña de cuatro hijos, todos menores de 7 años, y que la madre de Lin no siempre puede responder rápidamente a sus señales de angustia. La mamá de Lin le ha comentado que sabe que puede decirle algo a Lin. Pero cuando está lidiando con los otros tres niños al mismo tiempo, no siempre se acuerda de hacerlo. Lydia sabe que la mamá de Lin está tratando de superar eso, así que se asegura de hacer lo mismo el tiempo que está con la niña.

[1]Margo Dichtelmiller, The Power of Assessment: Transforming Teaching and Learning (en inglés) [El poder de la evaluación funcional: Cómo transformar la enseñanza y el aprendizaje] (Washington, DC: Teaching Strategies, Inc., 2011), 179.

[2]Ibíd. 180.